Es fácil creer que sabemos lo que es mejor para el otro. La mayor parte del tiempo estamos inmiscuyéndonos en los asuntos de los demás. Esto es mucho más fácil porque así nos olvidamos un poco de lo que ocurre con nosotros y de lo que ocurre en nuestras vidas.
Cada vez que emitimos un juicio, estamos destapando un pensamiento que guardamos en nuestro interior. Creemos que hablamos del otro pero en verdad hablamos de nosotros mismos: Miedos que no afrontamos, decisiones que no logramos tomar, una autoestima dolida o alguna culpa que no nos deja en paz.
y si… es mucho más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro.
Byron Katie dice que existen tres tipos de asuntos: los míos, los tuyos y los de Dios:
Cuando estamos enfocados en las guerras, terremotos, inundaciones o la fecha de nuestra muerte estamos metiéndonos en los asuntos de Dios, es decir todo aquello que escapa a nuestro control y al de cualquier persona.
Cuando pienso o digo: “deberías ser feliz”, “tienes poca seguridad” “deberías ser más puntual” “estas tomando una mala decisión” … nos estamos metiendo en los asuntos de los demás.
El malestar suele surgir cuando, sin darnos cuenta, estamos pensando en asuntos que nada tienen que ver con nosotros mismos.
“Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está aquí viviendo la mía? Byron Katie
Cuando comprendes estos tres tipos de asunto lo suficiente como para ocuparte de los tuyos propios, experimentarás mucha paz y te sentirás capaz de liderar cualquier situación que estés atravesando.
De modo que si me permites una sugerencia:
Tanto si la experiencia es tuya como de alguien cercano a ti, te recomiendo que te detengas unos instantes. Te preguntes ¿qué tipo de asuntos estoy teniendo mi mente ahora mismo?
Si descubres que no son tuyos, vuelve hacia ti y pregúntate:
¿Qué es lo más adecuado para mí?
¿Qué pensamientos elijo y qué puedo hacer para sentirme mejor hoy?
De esta forma tomarás el control de tus pensamientos y te enfocarás en lo que realmente es importante: Tú mismo.
Recuerda: pensar que sabemos lo que es mejor para los demás es estar fuera de nuestros asuntos y eso nos aleja de nuestra evolución y además nos produce malestar. Cada persona tiene derecho a vivir su propio camino y experiencia.
Ofrece cada día lo mejor de ti. Te sentirás mucho mejor.
Sé amable. Cada persona tiene su propio aprendizaje.
No te tomes las cosas en forma personal. Respira y Toma distancia.
Concéntrate en tus propios asuntos, sentirás una paz increíble.
Con cariño,
Natalia
Muy pronto vuelve a estar en marcha mi curso Activa tu esencia. Un camino de transformación y autoestima.
¡Renovado y actualizado!
Si están interesadas por favor enviarme un correo para conocer los detalles.