… A veces simplemente la vida te invita a esos momentos en los que tienes dos opciones: o seguir haciendo lo mismo de siempre o aprender, soltar y dar un paso hacia adelante diferente.
Si tuviera que explicarles lo que he aprendido durante todo este tiempo….sería algo más o menos así:
Creo que la única forma de disfrutar realmente del camino es simplemente siendo consciente de cada paso, de cada momento y de cada respiración. Esto no es algo fácil de conseguir, o al menos no lo es para mí, pero mi intención y energía están volcadas, cada mañana, a ello.
Cuando conectamos nuestra intención a la energía del amor, la gratitud y la serenidad, nuestra mente se aquieta, y logramos un poco más de claridad. Claridad que nos ayuda a ver que existen respuestas y posibilidades.
Dar un paso hacia adelante diferente implica algunas decisiones por nuestra parte. La primera diría que es aceptar. Aceptar desde el alma.
Aceptar es contemplar con amor la situación en la que te encuentras inmersa, es encontrar espacios de paz interior. No significa que no haya más dolor o malestar, es simplemente observar lo que ocurre dentro y fuera de tu vida, relacionarte de otra forma con tus pensamientos y emociones y eso provocará como consecuencia, tal vez, que las cosas cambien. Aceptar con amor es estar presente.
Es fácil caer en la tentación de querer cambiar la realidad o a las personas que nos rodean…es automático nuestro instinto de pelea y resistencia. En el fondo deseamos que las cosas fueran de otra forma y a pesar de nuestros intentos… todo sigue igual o peor.
Dicen que no podemos cambiar una situación pero sí la forma en que respondemos a ella. Creo que ese es el gran secreto de la felicidad: la forma en que decidimos responder a cada momento.
Hace poco tiempo mi prima me dijo que veamos juntas la película “Come, reza y ama” (te la recomiendo), en ella se aprecian grandes enseñanzas y una de ellas es que el desequilibrio forma parte del equilibrio.
La vida se compone de muchos momentos, estos no son ni buenos ni malos, simplemente son eso…momentos. Los que nos causan dolor nos despiertan e invitan a abandonar las reacciones automáticas para mirar hacia adentro y comenzar a hacer algo nuevo por nosotras mismas y por nuestra vida. Es como si nos hubiesen enseñado a evitar situaciones dolorosas pero esto no es posible, forman parte del camino de la vida porque en esencia lo que importa no son los momentos sino la forma en que los afrontamos.
Cualquiera que sea la situación que estés atravesando…Acéptala con todo tu corazón. Suelta las resistencias.
Abandonar la lucha no evitara el dolor pero sentirás cierto alivio envuelto en esperanza. Detrás de cada tormenta se haya un tesoro escondido.
Respira conscientemente, deja de prestar atención a esa corriente de pensamientos que no hacen otra cosa que aturdir y traen inseguridades a tu vida.
Respira otra vez…
Aceptar no es resignarse. No es conformarse.
Aceptar es claridad, es un estado de paz interior que te permitirá afrontar con consciencia cada momento, cada día y cada situación.
Vuelve a respirar. Aparca tus problemas por un instante. Inspira amor, energía, paz
Tómate el tiempo que sea necesario. Permite que tu mente se vaya aclarando.
Deja que tu corazón te hable.
Y cuando te sientas lo suficientemente fuerte, da el siguiente paso.
Miles de Bendiciones,
Natalia
Cree en ti misma, mereces paz, amor y felicidad y solo tú tienes el poder de hacerlo realidad día a día, momento a momento, respiración a respiración.