Hola Chicas! Como están? Hoy quisiera hablarte de la insatisfacción permanente.
¿Te has sentido alguna vez insatisfecha? Como que nada de lo que haces calma ese vacío interior? A veces pasa. Nos la pasamos buscando una vida feliz con mejores empleos, altos ingresos, el amor ideal, y aun cuando tenemos todo esto, seguimos con un nudo en algún lugar de nuestro cuerpo que impide que podamos disfrutar de algo.
La insatisfacción alimenta la queja, es decir, estar enfocadas todo el tiempo en lo que anda mal, en lo que no nos gusta de nuestra vida. Nos alejamos del sentimiento maravilloso de la gratitud plena, de la fe, la confianza y el amor.
Buscamos incansablemente afuera el milagro de nuestra satisfacción permanente y nunca llega, o si llega, es de a ratitos.
Por favor, deja de buscar afuera la solución.
La vida es una escuela extraordinaria para tu alma. A lo largo del tiempo he aprendido a trabajar conmigo misma porque me he dado cuenta que es la única acción mágica que produce milagros en mi realidad.
Cuando siembras, el tiempo suficiente, semillas de amor por ti, antes o después, llega el momento perfecto de tu cosecha.
El amor extirpa de raíz la insatisfacción y el miedo.
Vas en el primer lugar. Si, si! Protagonista número 1. Eso no es egoísmo, eso es amor. Cuando te amas, brillas, das amor y por consecuencia, lo recibes. Punto final. Sin rodeos ni vueltas de hojas. Ámate! Sé quien quieres ser, Di no, cuando quieras hacerlo y si! cuando te de la gana. Y si sientes miedo: para, respira y repite “yo soy amor” mil veces si es necesario. Sentirás que el miedo se desvanece porque no es real.
Y te preguntarás quizás ¿Cómo hago para empezar a amarme?
Bien! Aquí mi receta de 4 pasos:
1- Cuando estes sola contigo misma ten cuidado con lo que te dices sin que nadie escuche. Si! todas tenemos esa vocecita parlanchina que habla y habla y se va de un tema al otro sin control. Y por lo general, te sientes mal, debido a que tus pensamientos internos están alimentando la queja, la preocupación, el problema o el recuerdo doloroso.
Es hora de conquistar tu mente.
Cuando te des cuenta de esto, es decir, cuando te des cuenta de que esa vocecita anda hablando. Detente, respira, suelta y enfoca.
– Detenerse es fácil, es darse cuenta y decir ¡Ya está bien! ¡basta!
– Respirar también: Solo que no respires como siempre sin darte ni cuenta. Respira unas 2/3 veces profunda y conscientemente. Esta pequeña acción envía oxigeno a tu cerebro y lo prepara para nueva información
– Suelta. Ayyy que palabra tan de moda, verdad? Y cómo soltamos?
Hay muchas formas. La mente necesita algunos mini- rituales, es un indicador de que algo nuevo anda sucediendo.
Por lo tanto, puedes imaginar que le entregas a la vida tu miedo, tu culpa, tu insatisfacción, tu malestar o enojo. Dices simplemente: te entrego este malestar.
Puedes agarrar un pañuelo fuerte con tu mano, apretar bien fuerte y soltarlo, como símbolo de que estas dejando ir “eso” que te molesta.
Puedes escribir lo que te pasa como si lo estuvieras sacando de tu interior y luego con una intención de amor romperlo, como declarando ahora quién manda.
– Y luego enfoca. Claro!! no te olvides de este paso porque si no lo haces, tu mente volverá a lo mismo de siempre, es muy vaga y ya se ha acostumbrado a trabajar en automático con la información que manejas de siempre. Entonces, al soltar, creas un vacío que hay que llenar. La mejor forma de enfocar es a través de mantras, repetir frases que te empoderen, que te recuerden lo mejor de ti misma, que te abran los ojos y te conecten con la parte buena de tu vida.
Me siento agradecida
Yo soy amor
Me amo y me acepto
Puedo conseguirlo
Soy capaz
Estoy aprendiendo a cuidarme
Amo mi vida
Elijo ser aquí y ahora
Pronuncia las frases sintiendo con el corazón la verdad que habita en cada palabra. Permite que tu mente envíe mensajes de amor a todo tu cuerpo.
Enfocarse requiere precisión, atención plena, y constancia. ¡ojo! que cuando menos te descuides, volverá a aparecer otra vez la vocecita loca haciendo de las suyas. Si esto ocurre, vuelve a realizar el proceso.
Te envío muchos abrazos
Muchos besos
Natalia
Sesiones online de transfromación : Contacto – Natalia Ignaccolo